jueves, 16 de julio de 2009

El poder de las Infraestructuras

A contunuación hago un resumen del tercer concepto que Claudio Ciborra expone en su libro "Los laberintos de la información: desafiando la sabiduría de los sistemas"

Gestell.

La capacidad de controlar una infraestructura tecnológica es limitada. Toda infraestructura toma tiempo construirla, normalmente no se construye desde cero y de todos modos con el tiempo surgen necesidades adaptativas. Tampoco se puede cambiar toda de manera instantánea. Lo nuevo debe ser integrado con lo existente, como extensión o como reemplazo de una parte (ver entrada sobre el conocimiento como infraestructura). De este modo la infraestructura vieja influye en la nueva. En el caso de la infraestructura informática, esta influencia es importante.

Los tomadores de decisiones requieren tomar acción durante la ventana de tiempo en la cual pueden realizar intervenciones efectivas sobre la infraestructura a un precio moderado. Pueden influenciar grandemente el curso futuro de la infraestructura, pero para ello requieren de conocimiento sobre las alternativas disponibles, sin incurrir en costos de adquisición de dicho conocimiento asociados a la ineficiencia operativa inmediata: la tecnología que escojan debe ser aquella que tenga una mayor base instalada en el futuro, de tal modo que combata la ineficiencia asociada a la ruta-dependencia, externalidades y cerramiento de la tecnología (ver economia de la información). El desarrollo de interfaces son la mejor opción para conectar redes heterogéneas o aquellas basadas en diferentes versiones del mismo estándar. Esto, a su vez, ayuda a reducir los costos asociados a los grupos de usuarios que hubieran quedado huérfanos con la implantación de una nueva tecnología.

Como se ve, el 'control' sobre las infraestructuras es limitado. En cambio podemos mirar a los sistemas técnicos como organismos que tienen vida propia y su 'cultivo' podría ser una táctica de interacción con dicho organismo.

Esto implica ver a la tecnología como un actor más de una red socio-técnica. Es decir, el diseño de las infraestructuras no es llevado a cabo sólo por humanos, sino también por el propio actor tecnológico. La base instalada actúa de dos maneras: además de ser un actor que participa en cada actividad, actúa como mediador entre los actores no tecnológicos y el desarrollo de las actividades.

De aqui surge la perspectiva del 'actor - network' (ver metodologías) en donde todo son actores, sin negar las diferencias o fronteras existentes entre lo social o humano y lo tecnológico, pero en donde éstas no estan 'dadas', sino 'negociadas'.

Dentro de esta perspectiva hay dos conceptos de particular relevancia: inscripción y translación.

Inscripción

Los artefactos técnicos contemplan patrones de uso por parte de los actores de las redes, que fueron definidos durante el proceso de diseño.

Los patrones de 'inscripción' pueden no ser exitosos si hay desviaciones respecto a los mismos. Un usuario puede usar el sistema de una manera no anticipada. (Ver Dérive).

La fuerza de una inscripción, sea ésta seguida o evitada, depende de la irreversabilidad de la red de actores en la que se inscribe. Mediante el estudio iterativo de ida y vuelta entre lo diseñado y el uso real se puede describir el dinámico proceso de negociación del diseño definitivo de una red de éstas, y se puede aprender acerca de cómo lograr una meta dada.

Translación

De acuerdo a la perspectiva de la red de actores, la estabilidad y el orden social son continuamente negociados en un proceso de alineación de intereses. La translación es la habilidad para reinterpretar, representar o apropiar los intereses de los demás como propios.

El diseño de una infraestructura es un proceso de translación en el que eventualmente se obtiene una solución unificada de las necesidades de los diferentes actores que componen la red socio-técnica.

El estudio de la irreversabilidad de una red de actores captura la resistencia acumulada hacia el cambio. Entendiendo irreversabilidad no solo como la extensión en que es imposible deshacer lo realizado, sino también la extensión en que lo realizado configura y determina las subsiguientes translaciones. Los estudios sociales de la tecnología muestran que es dificil cambiar una infraestructura a medida que gana momentum.

En esta esfera, también el establecimiento de estándares ha demostrado no ser un asunto meramente técnico, sino que se inscribe en una red de actores con elementos sociales y políticos.

En el cultivo de la base instalada, la translación siempre va a ser importante en la implantación de nueva infraestructura. La adaptación es una respuesta a diferentes ambientes (por ejemplo locales frente a uno global) y culmina en un único estilo determinado no sólo por la tecnología sino por una cultura, unos cuerpos de regulación, unos hábitos y una manera de pensar.

La infraestructura incorpora una representación de la organización que soporta su ecología institucional, organizacional y cognitiva. De este modo, la infraestructura es también un contexto formativo. Como tal configura la forma de trabajar y los libretos sociales que gobiernan la invención de formas alternativas de trabajar, los futuros modos de resolver los problemas y los conflictos, la revisión de los acuerdos institucionales y los futuros planes de transformación.

Bajo una perspectiva fenomenológica Heddegeriana, la infraestructura la denomina Gestell por cuanto el término Heddegeriano representa lo que la tecnología es y lo que no es, lo inercial de ella, pero también lo dinámico.

Bibliografía:

CIBORRA, Claudio. The Labyrinths of Information: Challenging the Wisdom of Systems. Great Britain. Oxford University Press, 2002.

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